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La verdadera identidad e historia de La Mona Lisa

La Mona Lisa es una obra tan enigm谩tica como conocida; su sonrisa es cautivante, pero al mismo tiempo com煤n. Es una pintura llena de contradicciones por la fama que tiene, lo ordinaria que parece y porque es considerada la obra m谩s grande en la historia de la humanidad.

 Parece que el saber qui茅n es esa mujer, si en verdad se trata de da Vinci disfrazado o algo m谩s, siempre ser谩 un misterio, pero hay quienes contin煤an investigando, y aunque la conclusi贸n es confusa, es importante conocer el contexto de la obra m谩s importante de la historia.
Todo comenz贸 con el cardenal Luis de Arag贸n, un hombre que poco a poco escal贸 de posici贸n en la nobleza italiana del siglo XV. Vinculado por sus abuelos a la realeza, 茅l era un hombre poderoso, pero lo que realmente lo llev贸 a tener legitimo poder fue la ayuda del Papa Alejandro VI. Este Papa era Rodrigo Borgia que las series de televisi贸n ha hecho tan famoso en los 煤ltimos a帽os. 脡l fue quien le concedi贸 obispados y beneficios eclesi谩sticos, adem谩s de convertirlo en cardenal. Despu茅s de la muerte del Papa, sus dos sucesores continuaron otorg谩ndole riquezas, por lo que con el paso de los a帽os se convirti贸 en uno de los hombres m谩s ricos y poderosos de Italia.

 Establecido en Roma tuvo muchas amantes, pero s贸lo con una de ellas tuvo una hija, la cortesana pero famosa Tulia de Arag贸n. Ella goz贸 de mucha popularidad gracias a su excelente educaci贸n, demostr贸 ser verdadera hija de su padre, pues 茅l fue un amante del arte y las letras, tanto que muchas veces fungi贸 como mecenas para distintos poetas. As铆 estableci贸 amistad con Giuliano de’ Medici, perteneciente a la familia considerada una de las mayores mecenas en la historia del arte. Sin los Medici, miles de obras renacentistas no habr铆an existido. Aunque al principio congeniaron muy bien gracias a el inter茅s por las artes que ambos ten铆an, paulatinamente la relaci贸n se deterior贸 e incluso se le acus贸 al cardenal de haber conspirado en la muerte de un familiar de Giuliano, el mismo Papa Le贸n X. Por esa raz贸n el cardenal dej贸 Roma y comenz贸 a recorrer Europa en compa帽铆a de su secretario Antonio de Beatis.


Giuliano de’ Medici

Fue Beatis quien en ese viaje que duro a帽os hizo un diario en el que anot贸 a toda persona interesante que conoc铆a, cada obra de arte importante y todo lo que tuviera que ver con la cultura. En el diario escribi贸 que en sus viajes, el grupo del cardenal conoci贸 a Leonardo da Vinci. El artista contaba con cerca de 60 a帽os en ese momento, y en la hist贸rica reuni贸n, el pintor le mostr贸 al cardenal tres cuadros:
“… uno de cierta dama florentina hecha del natural, a instancias del llamado Magn铆fico Giuliano de Medici, el otro de San Juan Bautista joven y uno de la ‘madonna’ y el hijo que se encuentran sobre el regazo de Santa Ana, todos muy perfectos”.
Al decir “del natural”, el secretario se refer铆a al retrato, por lo que s铆, esa dama florentina hecha del natural representa la primera vez que se tiene registro de La Mona Lisa. El cardenal sinti贸 especial atracci贸n hacia ella, pues fue creada por encargo de Medici, y el primero sab铆a que la persona retratada no era la esposa del 煤tlimo. El genio de da Vinci intuy贸 que el cardenal sab铆a algo y por eso nunca le dijo realmente qui茅n era esa persona, aunque las investigaciones recientes dictan que incluso el pintor tal vez nunca supo con certeza qui茅n era ella. Todo lo que se sabe es que fue Medici, de la gran familia de patronos del arte, quien mand贸 a hacer tan importante obra.


La historia es enga帽osa y as铆 demostr贸 serlo con una de las piezas m谩s importantes del arte. Como muchas de las cosas que sucedieron siglos atr谩s, hoy se especula demasiado, sin tener pruebas definitorias. La versi贸n m谩s aceptada es que el retrato es de Lisa Gherardini, esposa de un mercader florentino llamado Francesco del Giocondo, pues esto es lo que el considerado primer historiador del arte, Giorgio Vasari, dijo, pero parece que todo lo que 茅l coment贸 fue una especulaci贸n a partir de un cuadro que ni siquiera lleg贸 a ver. Ese punto es lo que llev贸 a Roberto Zapperi a explorar todas las posibilidades, y tras una ardua investigaci贸n concluy贸 que si bien no pod铆a saber qui茅n era la misteriosa mujer, por lo menos pod铆a considerarse que era alguien que Giuliano de Medici hab铆a conocido y por quien hab铆a tenido tanta estima que le encarg贸 a uno de los pintores m谩s famosos del momento (y eventualmente de la historia) que la retratara.


Fuente.
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