El giro inesperado que tomó la historia de la conductora del Sitp en Bogotá, que pasó de denunciar una agresión sexual en su contra el pasado jueves, a confesar que inventó toda esa historia por la molestia que le generó un cambio en la ruta que cubría, invita a recordar algunos de los escándalos más sonados en Colombia que han resultado producto de la imaginación.
Periodista que fingió secuestro
A mediados de enero causó gran revuelo la desaparición en Popayán del fotoperiodista Johanny Vargas, de quien sus compañeros reportaron su desaparición y presunto secuestro lo que motivó diversos pronunciamientos de medios nacionales e internacionales rechazando el que se consideraba para entonces un atentado contra la libertad de prensa.
Luego de un día y cuando se preparaban plantones en Cali y Popayán para exigir su liberación, el reportero gráfico apareció y rectificó que nunca estuvo retenido: “Mi desaparición no se trató de un secuestro como lo manifesté en su momento, sino a circunstancias personales que me reservo”.
El presunto trofeo de guerra del Eln
El pasado 6 de mayo la explosión de una mina antipersonal le mutiló las dos piernas al cabo del Ejército Eduardo Alfonso Ávila Romero. Un hecho lamentable, que además le dio la vuelta al mundo por una primera hipótesis que indicaba que una de las piernas del militar había sido exhibida por el Eln como “trofeo de guerra” en una escuela de Convención, Norte de Santander.
La macabra escena conmocionó a los colombianos y a los medios de comunicación que tildaron de barbarie el presunto acto cometido por el Eln. Sin embargo, las investigaciones avanzaron y se pudo establecer que había sido un campesino, que no tenía nada que ver con esa guerrilla, quien colgó las piernas del militar para evitar que los animales se las comieran.
Fingir atentados para cobrar seguro
En medio de los múltiples atentados contra los vehículos de servicio público en Antioquia, que solo en 2015 dejan más de 40 buses incinerados, el Ejército denunció que una nueva y peligrosa práctica de algunos propietarios había sido descubierta en por lo menos dos casos.
Se trató de que en los casos mencionados los medios de comunicación hicieron eco en un principio que las Farc serían los responsables, pero las investigaciones apuntaron a que los mismos propietarios estarían detrás de los atentados para cobrar el seguro de los vehículos, tal como lo aseguró el comandante de la Séptima División, el general Leonardo Pinto.
“Uno en la vía a Puerto Berrío y otro en el sector de Sabanalarga. Los conductores estaban diciendo que era un atentado y realmente no lo era. Pudimos comprobar que los habían incendiado y querían cobrar un seguro”, explicó el alto oficial.
La falsa foto de un soldado colombiano
El trino del senador Álvaro Uribe con una foto de 2003 sobre la guerra de Irak, autoría del fotógrafo estadounidense David Leeson, para referirse al dolor de los militares colombianos, generó a mediados de abril pasado una nueva polémica entre los partidarios del gobierno y los opositores afines al Centro Democrático.
“Lloro por mis compañeros asesinados, por el desengaño de saber que el presidente Santos prohibió el bombardeo a los señores de las Farc permitieron que los masacraran vilmente, porque para él somos simplemente unos desechables”, es parte del mensaje que acompañó a la imagen en la que se muestra un soldado con lágrimas en su rostro.
La foto rápidamente se hizo viral en redes y algunos medios reprodujeron la noticia. Sin embargo el militar que protagoniza la foto, como muchos podrían pensar, no era colombiano, sino que se trataba del soldado Lonnie Roberts y la imagen data de 2003 cuando combatía al servicio de Estados Unidos en Bagdad (Irak).
La barriga más grande del mundo
Quizás una de las farsas más recordadas en medio de la pintoresca realidad colombiana. En 1997 la joven barranquillera Liliana Cáceres armó todo un show mediático por cuenta de su embarazo múltiple que supuestamente traería al mundo sextillizos.
Se organizaron recolectas en su nombre, los medios nacionales cubrieron la noticia desde todos los ángulos y describieron el barrio humilde del que había surgido la portadora de tan extraño fenómeno hasta que a algún médico del Hospital Universitario de Barranquilla le dio por tocarle la barriga a la falsa madre y destapó que tras esas camisas anchas habían un montón de trapos y no una manifestación de un nuevo milagro de la vida.
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