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Del silencio a la locura: las mejores obras de Yoko Ono

Perra, maldita, estúpida, asesina, puta, imbécil… todos estos y muchos nombres más han sido adjudicados a Yoko Ono, artista visual, cantante, poeta, pero mejor conocida como la mujer por la que los Beatles se separaron. Yoko Ono conoce mucho acerca de la violencia de género, de la difamación y de lo que significa ser una figura pública odiada, es por eso que su discurso feminista y su trabajo en el mundo del arte es admirable.
Yoko Ono sufrió una violación a los 16 años, se mudó a un país donde no era aceptada, estuvo encerrada en una institución mental, se casó con un hombre y la culparon de la separación de la banda más importante de la historia, sólo para ver a su esposo morir pocos años después. Ahora, Yoko Ono viene a México, y aunque tal vez el gobierno de la Ciudad de México ha exagerado al recibir a la artista como una celebridad que viene a alzar la mala imagen que muchos tienen de la ciudad, tampoco se le debe de tachar como
Yoko Ono fue parte de Fluxus, un grupo artístico que en los años sesenta revolucionó el mundo del arte. En contra del capitalismo y la idea del arte-como-objeto, los artistas de Fluxus hacían obras imposibles de vender. Por esa razón, los happenings nacieron, estos eran piezas performaticas en las que el público (de preferencia uno reducido) lograba una interacción con los artistas, y entre esa relación se creaba una obra que se disfrutaba por medio de los sentidos; al finalizar la pieza, ésta ya era sólo un recuerdo.
Con el tiempo la obra de Yoko Ono creció y se transformó, ahora, con la nueva exposición que se llevará a cabo en distintos puntos de la Ciudad de México, hay piezas que deleitarán y harán reflexionar al mexicano, sobre todo por la temática principal que es la violencia de género. El Museo Memoria y Tolerancia es el eje en torno al que girará la magna exposición, y aunque hay obras que encontraremos en el museo, las siguientes son las que demuestran el genio y poder creativo de una de las artistas más importantes de los años sesenta y setenta.  
“Instructions for Painting” (1962)

Una galería en la que sólo encontrabas recortes con ciertas instrucciones. No había pinturas, esculturas o algo plástico. Las hojas eran las instrucciones para crear una pintura única, imaginaria o atemporal, pues muchas de las instrucciones necesitaban del viento o algo más para ser compuestas, por lo que nunca tendrías la misma pintura aunque lo intentaras. El arte conceptual tiene un peso enorme en el mundo del arte, la idea es más importante que el resultado plástico, por lo que no importa lo que hicieras, incluso podías solamente imaginar lo que leías y ya estabas formando tu propia obra de arte.

“Shock!” (1962)


John Cage viajó a Japón para aprender más sobre el arte y la filosofía oriental. En este lugar conoció a Yoko Ono y juntos colaboraron en distintas obras. “Shock” es una de las muchas interpretaciones y declaraciones de Cage acerca de la teoría del sonido. Mezclando sonidos, silencios y voz, Yoko Ono demuestra su gran poder vocal, digno de la educación que tuvo en música clásica y de su refinado, pero progresista gusto artístico. Tal vez es difícil de escuchar y comprender, pero los artistas no buscaban entregar algo melódico o bonito, esperaban ir en contra del canon establecido y demostrar que el arte no son las reglas que la institución dicta.

“Cut Piece” (1964)


Primero la presentó en el teatro Yamiachi de Kioto, después en Nueva York y otras cinco veces más en otros rincones del mundo. Yoko Ono se sentaba en el lugar del performance mientras los espectadores podían tomar unas tijeras y desgarrar su ropa. El acto fue llamado pornográfico por unos y feminista por otros. Una de las obras de arte conceptual que ha pasado a la historia como una de las más importantes. Aunque Yoko Ono dejó la obra libre a la interpretación, la influencia de “4:33” se puede reflejar en el silencio y pasividad de la artista mientras el público es quien complementa la obra.

Las acciones de la gente son las que marcan la verdadera obra. Algo que Yoko hizo durante muchos años, pues creía que el arte más que ser un trabajo en solitario en el que el artista se ponía en el papel del experto y te obligaba a entender la obra de cierta forma, era la gente la que realmente hacía arte. Cercana a la obra de Marina Abramovic “Rhythm 0”, en la que la performancera dejó que la gente pintara, tocara e incluso mutilara su cuerpo, Yoko Ono también dejó que la gente la manipulara; con tijeras podían cortar su ropa y cualquier cosa podía pasar. Fue justo en una de sus presentaciones en las que tuvieron que dar por terminada la obra cuando un hombre intentó apuñalarla con esas tijeras. 

“Bed In” (1969)


Para celebrar su boda, John Lennon y Yoko Ono decidieron hacer uso de la atención que recibían de los medios de comunicación para hacer una protesta en contra de la guerra. Aunque es considerada una simple protesta, el mensaje pacifista y la acción de permanecer en cama divulgando una idea tan poderosa, hace que la acción tome un giro artístico. Además se repitió de nuevo en Montreal y años después se publicó toda la documentación en Youtube, demostrando la importancia de la obra. Junto a su esposo, John Lennon, demostraba que cada persona puede ser parte de la acción y no quedarse con los brazos cruzados mientras la guerra está terminando con la vida de miles de jóvenes.
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“Arising” (2013)

La principal obra por lo que Yoko Ono viene a la Ciudad de México. Su proyecto “Arising” surge de un proyecto parecido en el que fotografiaba sonrisas de mujeres. Para “Arising” buscó acercarse más a la realidad global, a la mujer lastimada, herida, humillada y arrancada de su dignidad. Para esta obra le pide a mujeres que manden una foto de su mirada y anexen un testimonio propio en el que narren un episodio de violencia de género.
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