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Neoparamilitarismo del Quind铆o problema para la paz



Mientras en la Mesa de conversaciones de paz de La Habana se aborda el fin del conflicto, uno de cuyos temas principales es la erradicaci贸n del paramilitarismo y su actual versi贸n en bandas criminales, en las regiones, los municipios y las veredas, esta lacra violenta de los poderes olig谩rquicos terratenientes y mafiosos se reorganiza y funciona a todo vapor con sus m茅todos sangrientos y criminales.

Los paramilitares son ej茅rcitos privados de poderosos hacendados, narcos, ganaderos, generales y parapol铆ticos, que son utilizados para intimidar, desplazar y eliminar trabajadores, campesinos y activistas de los derechos humanos y sociales.

No obstante que los voceros del gobierno santista niegan su existencia, particularmente jefes militares de batallones, brigadas y comandos policiales; en el departamento del Quind铆o hay un febril proceso de reorganizaci贸n de tales bandas asesinas.

Los Urabe帽os ya se instalaron en municipios, barrios, veredas y 谩reas mineras estrat茅gicas de la Cordillera Central, financiados por potentes redes mafiosas del Magdalena Medio, asociadas con Ram贸n Isaza, Ra煤l Guzm谩n Mej铆a, Guillermo Ceballos, Miguel 脕ngel Rodr铆guez, David Moreno, Marisol Wager y Libardo Mej铆a Urrea -de las nuevas generaciones de narcos-, artificies y patrocinadores de la exuberante burbuja inmobiliaria de Armenia y municipios metropolitanos, que es utilizada como mecanismo para el lavado de millonarias cifras originadas en el tr谩fico de coca铆na, desde las pistas de Puerto Boyac谩, Puerto Araujo y Barrancabermeja hacia Centro Am茅rica y M茅xico.

La fenomenolog铆a m谩s reciente en ese sentido est谩 ocurriendo en la zona que comprende los municipios de G茅nova, Pijao y C贸rdoba, principales campos de la violencia de los a帽os 50 del siglo XX.

En G茅nova, un prominente parapol铆tico santista, art铆fice del saqueo de las regal铆as petroleras del departamento, ha expulsado de las veredas a cientos de campesinos y se ha quedado con las mejores tierras cafeteras de la localidad. Con anterioridad hemos hecho las denuncias respectivas y ninguna autoridad judicial ha tomado cartas en el asunto, como corresponde, para comprobar, por lo dem谩s, la ineptitud de tales instituciones, que deben ser reemplazadas pr贸ximamente por la jurisdicci贸n especial de paz consensuada en La Habana entre el gobierno y las Farc.

Hoy, hay gran conmoci贸n en toda esta zona cafetera por lo que est谩 ocurriendo en el municipio de Pijao, una localidad donde viven cerca de 7 mil personas y lugar donde fueron instalados en los a帽os 50, por Laureano G贸mez, contingentes de la tropa paramilitar chulavita, protagonista de la m谩s violenta arremetida contra las masas liberales campesinas.

Hay alarma en Pijao por quema de fincas, compra de predios por extra帽os personajes y desplazamiento de varias familias, mientras los militares, polic铆as e instancias judiciales se hacen los de la vista gorda.

El desplazamiento de quince familias de la vereda La Palmera de Pijao y la compra de m谩s de 20 predios por parte de desconocidos (fichas de los Urabe帽os y de los Carteles de Cartago y Alcal谩), tienen en alerta a los habitantes y l铆deres del municipio cordillerano.

En diciembre pasado, cerca de 50 personas fueron obligadas a dejar las fincas, ubicadas en la zona rural de la localidad, tras ser amenazadas por hombres armados (paramilitares, con prendas oficiales del Ej茅rcito) que exig铆an el pago de una extorsi贸n a los due帽os de los predios.

Nosotros fuimos los 煤ltimos en irnos. Un d铆a que salimos a caminar por la finca se metieron a la casa y se comieron lo que ten铆amos en la cocina. Apenas 24 horas despu茅s recibimos una llamada en la que nos dec铆an que ten铆amos que decirle al patr贸n que pagara una plata, para que no nos mataran a nosotros. El due帽o dijo que no iba a pagar y a los poquitos d铆as mataron a un muchacho en el mismo sector. Mi esposo y yo decidimos no correr riesgos y por eso volvimos al casco urbano de Pijao. Nunca los vimos, pero la gente dec铆a que eran varios hombres con fusil. Uno de los vecinos, que se encontr贸 con ellos, cont贸 que se hab铆an identificado como miembros de la guerrilla, lo cual es parte de la estrategia para la acci贸n criminal paramilitar, cont贸 una de las afectadas, quien prefiri贸 mantener su nombre en reserva por su seguridad.

A estos hechos, se suma la compra de m谩s de 30 predios, considerados los m谩s grandes y productivos de la zona, por personas cuyas procedencias son un misterio, aunque muchas personas saben de su articulaci贸n con poderes mafiosos de Armenia, Cartago y el Magdalena Medio, especialmente grandes constructores de edificios de apartamentos.

Todas las tierras han sido adquiridas de una manera no muy correcta. Hace menos de un mes se cerr贸 un negocio por m谩s de 900 hect谩reas. El comprador lleg贸 en helic贸ptero, t铆pica infraestructura de los militares y paramilitares, eso no es com煤n, dijo un l铆der popular.

Tambi茅n informaron que se han utilizado medios de presi贸n para lograr la adquisici贸n de dichos terrenos, los cuales van desde la extorsi贸n hasta la quema de las edificaciones, practica muy utilizada en el Meta, en Urab谩, Cesar, Cauca y Caquet谩 en hechos paramilitares recientes que se repiten.

Tengo conocimiento de por lo menos tres fincas que fueron incendiadas por los paramilitares. Luego de que esto ocurri贸, apareci贸 una persona, en una camioneta de alta gama, y ofreci贸 un dinero por la propiedad, la coincidencia se ha repetido en todos los casos. Adem谩s, sabemos que algunos de los vendedores han accedido a firmar los papeles por montos m谩s altos de los cancelados, con el fin de facilitar el ‘lavado’ de dinero. Esos campos, que antes eran utilizados en ganader铆a y caf茅 ahora los est谩n usando en los cultivos de pl谩tano y aguacate, los cuales son muy da帽inos para el medio ambiente.

El anterior dato ha llevado a inferir que se trata de algunos grandes comerciantes con negocios y bodegas en Mercar, la plaza p煤blica de Mercado de Armenia, donde Ram贸n Isaza, reci茅n salido de la C谩rcel de Itag眉铆, posee gran cantidad de bienes y bodegas, a trav茅s de testaferros oriundos de Medell铆n y Pereira.

Otra persona afirm贸 que hay redes de narcotr谩fico y microgr谩fico que est谩n utilizando los corredores rurales, para transportar estupefacientes hasta el Valle del Cauca.

El consumo y expendio de droga se ha incrementado, hay sitios espec铆ficos, identificados plenamente por la ciudadan铆a y la Polic铆a, en donde les venden a los muchachos. Pero adem谩s del comercio interno, est谩 la utilizaci贸n de la ruta entre las veredas La Quiebra y La Maizena, la cual desemboca finalmente en Caicedonia, viejo y actual refugio de los “pajaros” conservadores, articulados con la polic铆a local.

Estos hechos se han denunciado en varias oportunidades, pero las acciones de la fuerza p煤blica han sido muy reducidas, por no decir nulas, confirman los alarmados habitantes de Pijao y el Quind铆o.

Toda esta movida paramilitar, militar, policial, parapol铆tica y mafiosa es lo que explica que en lo corrido del a帽o la tasa de homicidios en el Quindio, en operaciones de limpieza social, sea alt铆sima.

Estos hechos desmienten al gobierno sobre este peligroso fen贸meno que pone en grave riesgo los di谩logos de paz que se adelantan en La Habana.

Con paramilitarismo en el Quind铆o, y en Colombia, la paz es una entelequia.

Que militares, polic铆as y autoridades judiciales asuman su responsabilidad sobre esta delicada situaci贸n que afecta gravemente el fin del conflicto social y armado.

Que respondan por estos hechos los delegados del se帽or Santos en La Mesa de di谩logos de La Habana.

Radio Ch茅cheres ha publicado este art铆culo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.