Réplica del segundo satélite soviético lanzado al espacio, expuesto en el museo del centro de entrenamiento de astronautas en la Ciudad de las Estrellas de Moscú, Rusia.EFE/Sergei Chirikov |
La profundidad de penetración en el subsuelo “es mayor que la de sus análogos situados actualmente en órbita y depende de la composición y el grado de humedad del terreno”, explicó Oleg Goriáchin, de la Universidad Estatal de Telecomunicaciones e Informática de Povólzhie que desarrolló el radiolocalizador.
“Va desde unas decenas de centímetros en un suelo normal hasta decenas de metros en el desierto. No permitirá encontrar tesoros enterrados a gran profundidad, pero sí verá lo que se oculta en el espesor de los bosques”, agregó.
Objetivo: desarrollar tecnología capaz de sondear todo el planeta
Aunque no se conoce todavía la fecha exacta en que se lanzará, el aparato ya se ha llevado al nuevo cosmódromo Vostochni que se construye en el Lejano Oriente ruso y que, según las previsiones oficiales, acogerá su primer lanzamiento en abril de este año.
Por el momento, el radiolocalizador del Aist-2D sólo podrá ver en un radio de 20 kilómetros en torno a los recibidores de señal colocados en la Tierra, aunque en el futuro los científicos esperan desarrollar tecnología capaz de sondear todo el planeta sin apoyos terrestres.
En concreto, el Aist-2D se usará para ver en detalle zonas de cultivo agrícola con el fin de mejorar su aprovechamiento, vigilar cambios de relieve para ofrecer información a distintos organismos oficiales y redactar mapas en relieve con un margen de error de apenas unos centímetros