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¿Hay riesgo de un golpe de Estado igual que el de 1964 en Brasil?

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha denunciado este jueves las pretensiones golpistas que emprenden sectores imperialistas en contra de la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.

Ahora han decretado el derrocamiento de la presidenta Dilma, y la quieren llevar fuera de la presidencia de manera ilegal y llevarla a la cárcel, esos son los planes de la derecha y del imperialismo del Gobierno de EE.UU.”, ha sostenido Maduro.  
Con estas palabras, el presidente venezolano se ha referido a la tensa coyuntura política que vive Brasil después de que el Congreso y la derecha de ese país vincularon a Rousseff al caso de corrupción de la estatal Petrobras; un hecho que podría resultar en su eventual salida del poder.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) de EE.UU, recuerda Maduro,desclasificó recientemente un documento en el que confesaba su participación en el golpe de Estado perpetrado en 1964 en Brasil, que dio pie a una cruenta dictadura de 20 años, marcada por torturas, desapariciones y muertes.
Al respecto, ha asegurado que tanto el expresidente brasileño Luis Ignacio Lula Da Silva como la actual presidenta fueron víctimas de ese período que formó parte de los duros regímenes instaurados por Washington en el sur de América Latina, a mediados del siglo pasado.
“Venezuela no va a dejar sola a Dilma y a Lula, ni va a dejar solo al pueblo brasileño, la Venezuela Bolivariana y Revolucionaria sabrá estar a la altura de las circunstancias si en Brasil se da un golpe de Estado”, ha afirmado de acuerdo con la televisión estatal VTV.
A su criterio, fue con la llegada del expresidente venezolano Hugo Chávez, Lula y Néstor Krichcner (expresidente argentino) al poder que los pueblos del continente retomaron su soberanía, pero, ha proseguido, ahora EE.UU pretende socavar a los Gobiernos progresistas de la región.
“Peligrosos estos meses finales del Gobierno de [Barack] Obama (presidente de EE.UU); ese es el legado que va a dejar, un legado antilatinoamericano, un legado antipopular, un legado lleno de caos, de violencia y de terrorismo”, ha concluido.
El miércoles, la presidenta brasileña hizo extensivas sus críticas a los sectores opositores que mediante acciones malintencionadas están allanando el camino para su derrocamiento, y calificó sus intentos de un “proceso golpista”.