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Térmicas amenazan con entregar todas las plantas al Gobierno

Los operadores de las 12 plantas térmicas que generan con gas y diésel en el país están dispuestos a entregárselas al Gobierno el próximo primero de mayo si el Ejecutivo no ajusta el precio de escasez a más del doble, debido a las millonarias pérdidas que, según ellos, están afrontando en estos momentos.

Esto se debe a que el próximo 28 de abril vence la resolución 178 mediante la cual el Gobierno elevó durante seis meses el precio de escasez desde 302 pesos a 470 pesos el kilovatio para las plantas térmicas que generan con diésel, con el fin de afrontar la parte más fuerte del fenómeno de ‘El Niño’. Las plantas térmicas están generando actualmente un promedio de 90 gigavatios de los 190 diarios que se consumen en el país. “El mensaje para el Gobierno es claro: o usted ajusta el precio de escasez o a partir del primero de mayo las plantas no van a ser sostenibles en el largo plazo y es mejor que usted coja las plantas, las intervenga y mire qué va a hacer con el sector”, dijo Alejandro Castañeda, director Ejecutivo de la Asociación Nacional de Empresas Generadoras (Andeg).
El directivo gremial agrega que los inversionistas no están dispuestos a seguir perdiendo plata, pues el compromiso con el Gobierno fue a seis meses y de ahí en adelante el sector está expuesto a perder unos activos de generación por problemas financieros.
El precio de escasez ha permanecido atado al fuel oil 6. Esto ocasionó que cuando el precio del petróleo empezó a caer, este indicador disminuyó hasta los 302 pesos, cuando había estado a 550 o 600 pesos.
Andeg sostiene que el precio de escasez para generar con diésel debería ser de 685 pesos el kilovatio, “lo cual no es negociable” porque los expertos internacionales dicen que para calcularlo se debe utilizar el valor del combustible en la planta más ineficiente del sistema y ese es el valor que debería tener el precio de escasez.
Castañeda afirma que no pretenden que se les suba a 685 pesos de una vez, de tal manera que afecte a la demanda, sino que existen mecanismos como el que ya se hizo con la resolución 168 para irlo subiendo gradualmente y que el usuario no sienta ese efecto o sea bajo. 
En octubre pasado, al comienzo del fenómeno de ‘El Niño’, las térmicas a diésel le pidieron al Gobierno ajustar el precio de escasez (302 pesos), argumentando que el costo de producir cada kilovatio era de entre 480 y 700 pesos, lo que se traduciría en pérdidas de entre 180 y 400 pesos el kilovatio generado. En ese momento el Gobierno tomó la decisión de aumentar el precio de escasez para las generadoras con líquidos a 470 pesos por unidad.
Las térmicas prefieren generar con diésel y no con gas porque les reconocen más dinero. Para el gremio, las cuentas son claras: es más costoso generar con diésel que con gas, pero con diésel están recibiendo $470 por kilovatio, mientras que con gas les reconocen 302. Con los precios actuales del gas, generar con este hidrocarburo cuesta hasta 420 pesos, por lo que la pérdida es de 90 o 100 pesos por kilovatio generado. Si produce con diésel cuesta entre 520 o 530 pesos, pero les reconocen 470 pesos, por lo que la pérdida es de unos 50 pesos. 
“La lógica es que si voy a perder plata con ambos, trabajo con el que menos pierdo que es con diésel. Me pueden traer todo el gas del mundo, pero no me sirve si no se ajusta el precio de escasez”, concluye el directivo gremial. 
Castañeda explica que el cargo por confiabilidad que se les paga para que entren a respaldar al sistema eléctrico en momentos de crisis, como el actual, solo alcanza para salarios, mantenimiento, primas de seguro, primas de combustible por tener vivos los contratos, rentabilidad del accionista.
De las 18 plantas con que cuenta el sistema eléctrico colombiano, 12 de ellas generan con gas, diésel o son duales, el resto, con carbón. El gremio asegura que los mantenimientos que se están haciendo actualmente a algunas de las plantas térmicas obedecen a cronogramas de hasta tres años y que el Gobierno no los está presionando para operar. 
Jorge Pinto Nolla, director de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), entidad encargada de establecer las tarifas, afirmó que todavía no se ha tomado una decisión al respecto, pero que cuando lo hagan será acertada y le permitirá al país continuar para llegar al final de ‘El niño’ sin problemas.
Jorge Pinto
"Percibo un deseo de que las cosas salgan mal", dice director de la Creg
El director de la Comisión de Regulación de Energía y Gas defiende el cargo de confiabilidad y el precio de escasez pero afirma que no tiene problema en cambiarlo. Propone que el debate técnico se aplace para después de ‘El Niño’.
La Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) es la entidad de moda en Colombia. A ella se le achacan los errores del sistema eléctrico que podrían llevar a un racionamiento de energía, incluso el Senado de la República llegó a pedirle la renuncia a su director: Jorge Pinto Nolla.
Él, un tecnócrata con doctorado en economía de la energía, explica que la Creg no toma decisiones sola, que es un cuerpo colegiado formado junto con los ministerios de Minas y Energía, de Hacienda y el Departamento de Planeación Nacional en el cual se toman decisiones por consenso, “yo soy apenas el portavoz de ese cuerpo colegiado, esas medidas son adoptadas entre todos”.
Asegura que en el sector eléctrico no ve problemas en el cargo de confiabilidad ni en el precio de escasez que tantas críticas ha despertado, y respecto al sector del gas admite que en el tema de la distribución o de las tarifas la Creg tiene responsabilidad, pero no en el de transporte.
¿Ha servido el cargo de confiabilidad para el sistema eléctrico?
Se instauró para que además de los ingresos normales que tienen las empresas generadoras por su actividad de vender electricidad, tuvieran una entrada extra para tener sus equipos disponibles, operativos y prestos a entrar en servicio durante los periodos críticos de ‘El Niño’, como en este caso. 
Es el mecanismo que se instaló, ha funcionado y respondido adecuadamente a las necesidades. 
¿Qué opina de las críticas al precio de escasez?
Quiero explicar primero que tenemos un sistema de bolsa, en el caso eléctrico, que es donde los agentes van ofreciendo sus precios día a día. Cuando hay un fenómeno de escasez de ‘El Niño’, los precios tienden a subir, cuando el precio de bolsa supera el precio de escasez hay un mecanismo de protección al mercado y los usuarios no pagan más, lo pagan las generadoras de energía.
¿Qué les cambiaría?
Han funcionado porque permiten mantener el sistema operando. Fue necesario hacer un ajuste a principios de noviembre del año pasado a las plantas que generan con líquidos, se les dio un ingreso adicional. El precio de escasez más un plus porque se produjo un desfase por el desplome del valor del petróleo, lo que causó que el precio de escasez bajará con respecto al precio histórico: normalmente oscila entre los 450 pesos pero se bajó a 302 pesos. A los que tenían plantas con combustibles líquidos les dio muy duro. 
Ese fue el valor incremental que produjo tantos debates, que ha dado tanta prensa, citaciones al congreso. Había que tomar la decisión, no fue fácil pero finalmente ha permitido que el sistema siga funcionando. 
¿Y entonces, qué es lo que ha fallado?
Eso es lo que no entiendo. El sistema está funcionando, hay energía. Se aplicó un correctivo por una situación coyuntural que se ocasionó por un efecto exógeno que es el precio del petróleo. Después de ‘El Niño’ veremos si hay que modificar la fórmula. Con el precio de escasez hay que ser cuidadosos, tener un valor que sea lo suficientemente alto para que no se presenten situaciones como la del año pasado, pero que al mismo tiempo sea bajo porque para eso lo tenemos. Lo tenemos como un indicador por encima del cual los usuarios no debemos pagar.
¿Estaría dispuesto a hacer cambios si son convenientes?
Propongo que una vez superado el fenómeno de ‘El niño’, lo lógico, sensato, lo técnico es que nos sentemos todos aquellos que han hecho críticas y discutamos qué elementos ven negativos o positivos, o por qué debe ser o no, y analizar pros y contras.Este es un tema delicado que requiere de análisis, responsabilidad y visión.
El cargo de confiabilidad ha funcionado, puede cambiarse y personalmente no tendría problema en poner otro diferente, ¿qué más da? Pero siempre manteniendo el principio de la garantía de abastecimiento y confiabilidad futura, porque no podemos poner en riesgo el sistema por hacerle caso a alguien. 
Hay que ser responsables. Uno oye cantos de sirena y es muy fácil salir a hablar pero sin responsabilidad. Lo que uno percibe es un deseo y un espíritu de buscar culpables, ¿pero de qué? Hay un interés de que las cosas salgan mal.
Lo responsabilizan por la demora en el desarrollo del transporte de gas… 
Vamos a introducir unos cambios fuertes en la manera como se hace la expansión. Ellos argumentan que son temas tarifarios y de la Creg, pero sinceramente y con toda franqueza han sido un poco lentos en sus expansiones y no los culpo de algún modo, porque la demanda también quiere tener las cosas pero sin correr riesgos.
Afirman que también ha demorado la regulación en el tema de la distribución…
Es cierto, hay una demora y lo admito. Pero esa demora no ha incidido negativamente sobre las empresas, ellos tiene unas tarifas que son razonables, que les han permitido funcionar y crecer exponencialmente. 
Hay una responsabilidad de la Creg, pero decir que eso es un problema y que los ha puesto en un situación crítica no es cierto. 
¿Y qué pasa con las tarifas del gas?
Estamos revisando el mecanismo de precios y pensamos sacar en mayo una propuesta metodológica con un nuevo esquema de precios de gas para corregir estos problemas de tarifas diferenciales entre regiones que han causado cierto mal ambiente.

“Después de ‘El Niño’ veremos si hay que modificar la fórmula”, dice Jorge Pinto Nolla, director de la Creg.