Su sistema 'Lover Detection' incluye 24 sensores ultrasónicos dedicados a analizar movimientos y discernir cuáles son los habituales y cuáles no; así, son capaces de diferenciar el acto sexual del movimiento que pueden generar "unos niños saltando". El 'software' es capaz de conocer la posición en tiempo real de cada sensor y así mostrar un mapa 3D del colchón para conocer exactamente qué zona está recibiendo mayor presión.
"Cuando el colchón detecta actividad, los sistemas de comunicación empiezan a enviar la información a un servidor que la procesa. Si detecta una actividad anormal sobre el momento de uso, la frecuencia, intensidad o velocidad habitual, envía una notificación inmediata al terminal con el que está vinculado", cuenta Iván Miranda, ingeniero de Smarttress.
José Antonio Muíño, portavoz de Durmet, afirma que la idea se les ocurrió "viendo los últimos estudios sobre infidelidad en España, que dicen que los españoles son los europeos más infieles, siendo el lugar preferido para hacer el amor la propia casa (94%)". El lema escogido por la firma es: "Cómodo por la noche, tranquilizador durante el día. Si tu pareja no es fiel, al menos que lo sea tu colchón". El precio de un Smarttress de 135 centímetros es de 1.550 euros, mientras que para el de 150 centímetros asciende a 2.050.
