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Las tres reglas de oro para ser un buen fotógrafo

La fotografía es un arte relativamente reciente que fue adoptado por aquellos gustosos de capturar en imágenes historias y sentimientos únicos en el planeta, e incluso fuera de éste. Todos sabemos que una fotografía esconde tras de ella una historia única; desde la búsqueda del momento exacto para capturarla, hasta lo que el fotógrafo tuvo que pasar para conseguir esa toma. La imagen refleja solamente un pequeño porcentaje de su historia, la cual es tesoro exclusivo de su creador.


Y es que no todos los fotógrafos son iguales. Los hay buenos y malos, los que gustan de experimentar y los que recurren a técnicas más clásicas. El 25 de mayo del año pasado, la fotógrafa Mary Ellen Mark falleció, dejando tras de sí un legado de imágenes único e inigualable. Y esa particularidad en su fotografía se debe principalmente a tres reglas de oro que la artista cuidaba en cada captura que hacía, las cuales te presentamos a continuación.


Elige personas que tengan una historia detrás


Esto se resume a disparar sólo si existe una historia por contar. Si estudiamos un poco su obra, podemos darnos cuenta de que cada una de sus fotografías tienen significado por sí mismas, a pesar de que al mismo tiempo forman parte de un todo. El arte de la captura de imágenes permite inmortalizar momentos únicos e irrepetibles en la historia del tiempo.
Casi ligada con la primera, la segunda regla de oro es la siguiente:

Las fotografías no deben contar la historia completa



Casi como una contradicción, esta regla defiende la naturaleza de la fotografía como un arte que invita a la reflexión y a la sorpresa. Si se presenta toda la información en la imagen, el espectador no tendrá oportunidad de hacerse preguntas y mucho menos de imaginar qué nos quiere comunicar ésta. En ese sentido, el arte de fotografiar perdería gran parte de su sentido.

Por último:
Nunca dar falsas esperanzas


Este principio, más que técnico, tiene que ver con la moralidad y la posición ventajosa que ejerce el fotógrafo en relación a sus objetivos. Si es que se está trabajando con personas poco favorecidas, podría uno imaginarse la facilidad de su colaboración con promesas de “salvación”. La fotografía debe reflejar la realidad del mundo, pues ésta impacta en mayor medida al público y cuenta una verdad muchas veces oculta.