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“Ni las @FARC_EPaz ni el Estado son fuerzas vencidas”

En un momento que quedará enmarcado en la historia contemporánea de Colombia, el gobierno Santos y las Farc, acompañados de seis jefes de Estado, personalidades internacionales e invitados especiales del país y el exterior, anunciaron ayer en el Salón de Protocolo del complejo El Laguito de La Habana (Cuba), el acuerdo para el fin del conflicto armado con sus tres componentes básicos: cese el fuego y de hostilidades bilateral y definitivo con dejación de armas; garantías de seguridad y lucha contra las organizaciones criminales, incluyendo las sucesoras del paramilitarismo, y refrendación de los acuerdos alcanzados. 
“Ni las @FARC_EPaz ni el Estado son fuerzas vencidas”

La jornada histórica empezó realmente hacia las 4:00 de la mañana en el aeropuerto de Catam, al occidente de Bogotá, donde se fueron congregando los invitados al evento de la firma de los acuerdos. En su mayoría lo hicieron vistiendo camisas blancas. Con notable optimismo, uno a uno fueron abordando el avión presidencial que los llevó a Cuba, donde los delegados del Gobierno y las Farc tuvieron que capotear a decenas de periodistas en busca de una declaración para aclarar detalles. Los integrantes de los esquemas de seguridad hicieron lo propio alejando a los negociadores de las cámaras.
Sobre el mediodía comenzó el acto. Primero tomó la palabra el representante del gobierno cubano en la mesa de conversaciones, Rodolfo Benítez, seguido por el garante del gobierno de Noruega, Dag Nylander, como ha sido el protocolo en casi cuatro años de proceso de paz. En concreto, leyeron el comunicado conjunto 76, en el que se consignaron las bases del fin del conflicto y el acuerdo de refrendación con una noticia adicional: el reconocimiento de que sea la Corte Constitucional la que decida la fórmula para que el pueblo aporte la última palabra.
En ese momento, los asistentes al auditorio interrumpieron con un repentino aplauso que alteró el ambiente protocolario. Cuando concluyó la lectura del anuncio conjunto, en su calidad de anfitrión, tomó la palabra el presidente de Cuba, Raúl Castro. El primer mandatario que décadas atrás inspiró la aparición y formación de guerrillas en el país, pero que desde hace cuatro años se empeñó en apoyar el silencio definitivo de los fusiles, resaltó de entrada el esfuerzo de las delegaciones para ponerle fin a la guerra interna más antigua del hemisferio occidental, y lo calificó como una victoria de Colombia y de América.
“La decisión nos acerca como nunca antes al fin del conflicto. Es un avance decisivo. El proceso de paz no tiene vuelta atrás”, manifestó en medio de los aplausos del auditorio. Luego resumió la decisión que debe imperar hacia el futuro: “Ante las diferencias, diálogo; ante los retos, observación”. Su posición fue complementada por el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, quien destacó que el proceso de paz haya llegado al compromiso de acabar el conflicto a través de una solución dialogada. El dignatario, que tendrá papel clave en la concreción y verificación de los acuerdos, puntualizó: “Los equipos negociadores han demostrado que es posible alcanzar la paz con dignidad para las partes”. 

Posteriormente tomó el micrófono Timoleón Jiménez, máximo comandante de las Farc, quien luego de rememorar al fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez, gestor del proceso de paz entre el Gobierno y las Farc, hizo una breve memoria de los 52 años del conflicto armado, resaltando a los 48 marquetalianos que en 1964 se vieron forzados al camino de la guerra. Acto seguido insistió que los acuerdos alcanzados no representan la capitulación de la insurgencia, sino “el producto de un diálogo serio entre dos partes que se enfrentaron en un intenso conflicto sin que ninguna pudiera derrotar a la otra. “Ni las Farc ni el Estado son fuerzas vencidas”, expresó.
El jefe guerrillero lanzó dardos a los opositores del proceso de paz; exteriorizó críticas al nuevo Código de Policía, del que dijo “choca contra el acuerdo de participación en política”; se manifestó contra las Zonas de Interés de Desarrollo Rural, Económico y Social (Zidres), contra el Esmad o contra los abusos judiciales, recordando lo sucedido con el exguerrillero del Eln Carlos Velandia. Luego aclaró que las Farc van a hacer política por medios legales y pacíficos, e invitó a la juventud a construir el nuevo país. Al concluir resaltó el deseo de toda la organización guerrillera: “Que este sea el último día de la guerra”. 
El cierre del evento estuvo a cargo del presidente Juan Manuel Santos, quien destacó el significado de lo sucedido: “El fin de las Farc como grupo armado”. El mandatario recordó que muchas generaciones en Colombia han crecido y convivido con el miedo y la incertidumbre de la guerra, porque el país se acostumbró a vivir en el conflicto. Por eso se abre un nuevo capítulo para dar vuelta a una trágica y larga página de la historia. Santos insistió en que todo será supervisado y verificado por observadores internacionales designados por el secretario general de la ONU, en virtud del mandato otorgado por el Consejo de Seguridad.
“No habrá más colombianos víctimas de esta guerra entre hijos de una misma nación. No habrá más niños en la guerra. Los jóvenes tampoco tendrán que ir más a la guerra”, exclamó el presidente Santos, para finalmente aclarar que el Acuerdo Final será firmado en Colombia. “He sido un implacable adversario de las Farc. Tal vez no hay colombiano alguno que los haya combatido con más contundencia y determinación. Pero, de la misma forma, ahora que pactamos la paz, como jefe de Estado y como colombiano, la defenderé con igual determinación”. “La paz se hizo posible, por fin posible. Ahora vamos a construirla”, remató, en medio de la aprobación del entusiasta auditorio.