Casi un millón de huevos de calamar (868.500) y sepia (102.930) han sido detectados en aguas de la población gerundense de L'Escala a raíz de la puesta en marcha de un programa para la recuperación de estos ejemplares en la zona después de detectar un proceso de desaparición.
Según informan dos responsables del denominado Proyecto Sepia, Boris Weitzmann e Isaac Moya, los huevos se encuentran en los criaderos que se instalaron en un fondeo de mil metros de cuerda, confeccionados con ramas de lentisco, pino y rusco.
Tanto investigadores como pescadores han quedado “desbordados” por la gran cantidad de huevos recuperados hasta el punto de que el segundo de estos colectivos detuvo la recuperación de ejemplares, ya que las incubadoras fabricadas con este fin estaban al máximo de su capacidad.
Los pescadores recogieron huevos y los llevaron a puerto para, desde allí, dejar que el equipo del Proyecto Sepia los contabilizase y los trasladase a las incubadoras, ubicadas a mar abierto a unos ocho metros de profundidad.
Incubados 11.400 huevos de sepia y 118.500 de calamar:
En total, se han incubado 11.400 huevos de sepia y 118.500 de calamar y las sepias que han nacido se han escondido en la arena, como ocurre con la reproducción habitual de esta especie.
Según los expertos, las incubadoras han demostrado una eficiencia del 90 por ciento y las inspecciones periódicas cada dos semanas a través de inmersiones han permitido determinar que el lentisco es la rama preferida de ambas especies para depositar sus huevos.
Weitzmann y Moya calculan que esta cifra se puede multiplicar por diez el próximo año si se dispone de más incubadoras, ya que un estudio realizado con ayuda del CSIC confirma que el índice de supervivencia de estos ejemplares incubados se sitúa entre el 83 y el 95 por ciento.
El proyecto, que contaba con una zona visitable en la playa de Empúries y se ha convertido en un gran atractivo turístico, se ha completado con charlas en las escuelas y empresas del sector marino, una película divulgativa y concursos entre otras actividades.
Durante 2016 se han realizado también experiencias similares en Roses y L’Estartit (lugar donde se hizo la primera prueba piloto hace años de la mano del biólogo Àlex Lorente, perecido cuando practicaba apnea en 2012).
Durante 2016 se han realizado también experiencias similares en Roses y L’Estartit (lugar donde se hizo la primera prueba piloto hace años de la mano del biólogo Àlex Lorente, perecido cuando practicaba apnea en 2012).
