No se necesita atravesar las fronteras, para encontrar una grave crisis humanitaria, y es la que atraviesa el pueblo guajiro, al norte de Colombia, donde 4.770 ni帽os de la etnia wayuu han muerto por desnutrici贸n en un lapso de 8 a帽os, bajo gobiernos corruptos, compuestos por pol铆ticos que saben burlar la justicia.
Con cierta frecuencia, la ciudadan铆a guajira, l铆deres populares; algunos incluso amenazados de muerte, marchan en la capital de su departamento, Riohacha, desde sus rancher铆as distantes cientos de kil贸metros para exigir una soluci贸n m谩s estable para su comunidad, pero el Estado colombiano no responde.
Se han presentado tutelas y fallos judiciales por la presi贸n comunitaria de activistas wayuu como Gustavo Valbuena y Rafael Rodr铆guez Beltr谩n quienes desde la Alta Guajira, denuncian que hay una clase pol铆tica responsable de la crisis humanitaria nacida y criada en su propia tierra. Rodr铆guez incluso es uno de los firmantes de la tutela contra el Estado colombiano por el Derecho a la Vida de los ni帽os wayuu, quiz谩s el m谩s vulnerado de los Derechos Humanos en esta regi贸n de Colombia.
En recientes pronunciamientos, el Obispo de Riohacha Monse帽or Saleh dijo que la primera calamidad de La Guajira es su clase pol铆tica corrupta, y que adem谩s existe todo un archipi茅lago de ONGS y consorcios que son fachadas y testaferros creados para apoderarse de los contratos de alimentaci贸n escolar del Instituto de Bienestar Escolar.

Los fondos p煤blicos, dinero del Estado, pasan con facilidad a las cuentas de personajes de la politiquer铆a guajira que sencillamente no trabaja.
La corrupci贸n guajira tiene nombres propios pero estos saben esperar con la asesor铆a de sus abogados el vencimiento de t茅rminos para salir libres, que es un camino f谩cil hacia la impunidad.
Mientras, en las rancher铆as, guajira arriba, el agua para consumo humano escasea y la que se consigue es una verdadera inmundicia, la alimentaci贸n es deplorable, carente de prote铆nas, las medicinas no llegan a tiempo y las v铆as terrestres entre un pueblo y otro pr谩cticamente no existen.
Hay una asignaci贸n para el departamento de La Guajira por la extracci贸n del carb贸n, en miles de millones de d贸lares, pero nadie da raz贸n de cuanto es, ni mucho menos en que se invierten. Para lo que se necesita, no hay en La Guajira una coordinaci贸n interinstitucional.
Lo que si se sabe es que la muerte de ni帽os wayuu es una crisis humanitaria que no conmueve a un Estado ocupado en crear en la frontera una provocaci贸n contra Venezuela, por orden de Trump.
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