La clave de la salud y la felicidad está en la calidad de tus relaciones, esto es algo que la ciencia y la filosofÃa demuestran por igual. Está muy bien tener buenos genes son buenos, pero la alegrÃa es mejor.
Vivimos la era más consciente de su salud en la historia, algunos dirÃan que incluso obsesionada. La proliferación de dietas, ejercicio, terapias, medicinas y suplementos y la industria del wellness en general nos han dado todo tipo de tips y recetas para vivir mucho y, aparentemente, vivir bien. No hay duda de que comer bien, dejar de fumar, beber con moderación, hacer ejercicio y demás contribuye a una vida sana y feliz. Y, sin embargo, ninguna de estas cosas puede reemplazar o compararse con tener relacionas Ãntimas y estimulantes.
El ser humano es un animal social -un animal polÃtico, un animal que vive entre muchos, para otros-, y no alguien que pueda generalmente encontrar sentido solitariamente. Es esta relación personal lo que el filósofo judÃo Martin Buber enfatizó, la relación yo-tú, siempre con un rostro particular único, la que da sentido a la existencia, y ese sentido se traduce no sólo en una plenitud subjetiva sino fÃsica.
El estudio más largo y completo hasta la fecha que ha medido los diferentes factores que se asocian con la salud y la longevidad, realizado por investigadores de Harvard, registró la salud de 268 estudiantes durante varias décadas (y luego se amplió a un grupo de residentes de Boston), midiendo periódicamente los más importantes indicadores.
Entre las cosas que se analizaron -además de escanear los cerebros de los pacientes, registrar sus reportes médicos, medir su sangre, etc.-, están sus éxitos o fracaso en carreras y matrimonios.
El descubrimiento principal tiene que ver con que las relaciones y la felicidad que una persona reporta en ellas tienen una profunda influencia en la salud.
Esto sugiere que cuidar el cuerpo es importante, pero cuidar las relaciones es tan importante como cuidar el cuerpo y constituye una forma de cuidado de la salud.
Los investigadores concluyeron que las relaciones Ãntimas, más que el dinero, la fama o el éxito profesional son lo que hace felices a los individuos. Incluso, estas relaciones son mejores predictores de una vida larga y feliz que nacer en cierta clase social, tener un alto IQ o tener buenos genes.
Esto incluye tanto a las personas de Harvard como a los ciudadanos normales de Barcelona o Matalascañas . En contraste con ello, los investigadores constataron que los individuos que se sienten solitarios, que están más solos de lo que quisieran, tienden a enfermarse más y morir más pronto. Notablemente, para las personas en una relación feliz, los dÃas en los que se presenta dolor fÃsico no suelen reportarse como más infelices; para quienes se sienten solos, el dolor fÃsico sà afecta notablemente su estado de ánimo.
Otro caso que apunta en este sentido es discutido por Lissa Rankin en su libro Mind Over Medicine: Scientific Proof That You Can Heal Yourself. La doctora Rankin cita allà el caso de unos inmigrantes italianos que se establecieron en Roseto, Pensilvania, y que no llevaban un estilo de vida que se considerarÃa ni remotamente “sano”. La doctora apunta que:
"ComÃan albóndigas fritas en manteca, fumaban como chimeneas, bebÃan mucho todas las noches y abusaban de la pizza y la pasta. Sin embargo, sorprendentemente, tenÃan la mitad de Ãndice de padecimientos del corazón que el promedio nacional. No era el agua que bebÃan, los hospitales a los que iban o su ADN."
¿Qué hace que una vida sea buena? Lecciones del estudio más largo sobre la felicidad | Robert Waldinger [Podéis activar subtÃtulos]
Un médico, perplejo por la ausencia de problemas del corazón en este grupo, inició una investigación y descubrió que esta pequeña y cerrada comunidad vivÃa en hogares multigeneracionales y disfrutaba de cenas comunales y festividades frecuentes, y ello les proporcionaba consuelo de la soledad que tantas personas sienten.
Ya que la gente de Roseto nunca se sintió sola, rara vez morÃa de problemas del corazón; la mayorÃa murió de viejo incluso si fumaban, se alimentaban mal y bebÃan.
Asimismo, existe una extraña estadÃstica que se repite que muestra que las personas que beben moderadamente viven más que las personas que no beben nada; aunque se ha querido asociar esto a algunos antioxidantes del vino y demás, es casi seguro que la principal razón se debe al aspecto de socialización vinculado al alcohol.
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