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Los 20 mejores documentales extranjeros del 2019

Los 20 mejores documentales extranjeros del 2019
Si bien el género documental lleva dos décadas mostrando impecables producciones, acaparando premios internacionales y el continuo y creciente apoyo del público, este año podría ser el que le otorgue de manera definitiva su título de nobleza, merecidamente conquistado. 2019 ha sido un año de documentales (como antes se decía, año de comedias u otro género…) y en la gran pantalla no hemos parado de vivir intensísimos momentos, que ya quisieran para sí las películas de ficción. Desde los cuatro rincones del planeta, he aquí la lista ascendente de los mejores del año:Pauta con Radio Chécheres 
20.- Los testigos de Putin (Svideteli Putina),coproducción de Letonia, Suiza y República Checa, de Vitaly Mansky. Inmejorable posición la del cineasta que, en pleno cambio de siglo, trabajaba para la televisión rusa y que fue el testigo privilegiado del traspaso de poder entre Borís Yeltsin y Vladimir Putin. Cuatro mandatos presidenciales después, el cineasta ha construido un documental explosivo que explica a la perfección la mentalidad del presidente ruso. Evidentemente, Vitaly Mansky se exilió de su país en 2014. Viendo el documental podemos confirmar que ha sido una sabia decisión.
19.-Intocable (Untouchable), de la americana Ursula Macfarlane. Uno de los documentales más necesarios del año.
18.- Lourdes, de los franceses Thierry Demaizière y Alban Teurlai. El equilibrio entre la fuerza, el respeto, la distancia sobre un tema tan delicado, como es la fe, la poesía, la belleza de las imágenes y su sobriedad es todo un decálogo del género documental de hoy.
17.- Adolescentes, del francés Sébastien Lifshitz. Cinco años filmando dos amigas en diferentes situaciones económicas y familiares, dan como resultado un fresco apasionante sobre la construcción de la personalidad y la verdadera juventud de hoy día.
16.- Pahokee, de los americanos Patrick Bresnan y Ivete Lucas. Por esta pareja de documentalistas se lanza al largo tras siete cortos documentales sobre estos estudiantes americanos, tan surrealistas como entrañables. Un baile de fin de curso como no se había visto antes (y sobre todo, una América que la esperanza de Obama pudo crear, y que ha desaparecido con Trump).
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Système K
15.- Système K,del autor de Benda Bilili!, Renaud Barret. Un viaje inesperado a Kinshasa, en la República Democrática del Congo, y sus artistas de la performance. Utilizado los casquillos y machetes de los enfrentamientos que ha sufrido el país, con basuras o a partir de experiencias traumáticas de la infancia, exorcismo… el documental nos traslada a un mundo inimaginable y conmovedoramente estético.
14.- Tremor ié, de las brasileñas Elena Meirelles y Lívia de Paiva. ¿Una acción que se desarrollará en el futuro de un pasado reciente, a partir de las manifestaciones de 2013 en Brasil, un documental de anticipación, un nuevo subgénero? En todo caso, uno de los documentales más creativos y originales del año.
13.- Mi gran pequeña granja (The Biggest Little Farm), del americano John Chester. Imposible no adorar la aventura de estos puros ciudadanos, hasta el fondo de la médula, que deciden dejar la ciudad e instalarse en una granja. Ocho años de sorpresas, disgustos y mucha esperanza.
12.- Selfie, del italiano Agostino Ferrente. Alejadísimo de los estereotipos que se espera de la juventud napolitana, el cineasta logra que los amigos de Davide Bifolco, que murió a los 16 años por un disparo de un carabinero, se filmen y cuenten cómo esta desgracia pudo llegar a tener lugar. El uso del móvil para el género documental es ya, en sí mismo, toda una lección de cine de guerrilla.
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Jonathan Agassi saved my life
11.- Jonathan Agassi me salvó la vida (Jonathan Agassi saved my life), del alemán Tomer Heymann. En ocho años de rodaje, desde Berlín hasta el regreso a Tel Aviv, nadie se ha desnudado tanto ante la cámara en la historia del cine (psicológica y literalmente hablando) como Jonathan Agassi. Casi una versión gay, y muy actual, del El crepúsculo de los dioses’, de Billy Wilder.
10.- Talking About Trees, del sudanés Suhaib Gasmelbari. Apoteósico triángulo de tres situaciones: un grupo de amigos mayorcitos (entre 70 y 80 años) con una energía desbordante, un viejo cine abandonado y un país que ha sufrido durante 30 años la dictadura de Omar El Béchir. Resultado: uno de los documentales más hermosos sobre el cine como arma de construcción social y un Premio del Público en cada festival que se presenta.
9.- Apollo 11, del americano Todd Miller. Cuando piensas que ya lo sabías todo sobre el primer viaje del hombre a la Luna, el cineasta recrea la odisea como si fueses tú el protagonista. Inmenso y creativo trabajo sobre imágenes de archivo inéditas.
8.- Seahore, de la británica Jeanie Finlay. Otra epopeya que se compara al viaje a la luna: el día en que un hombre se quede embarazado. En este caso, un hombre transgender decide tener un hijo. No solo se enfrenta a las convicciones sociales, también él mismo se plantea la pregunta del millón, en realidad ¿quién soy? Impactante.
7.- One Child Nation, de Zhang Lynn y Nanfu Wang. Si ‘Hasta siempre, hijo mío’ te gustó tanto como a nosotros, este documental sobre la política del gobierno chino sobre un hijo único por cada familia y todos los traumas, consecuencias y fatalidades que conlleva es conmovedor y tan valiente que su directora, Nanfu Wang, no creo que sea recibida en su país con los brazos abiertos.
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Honeyland
6.- Honeyland, de los macedonios Tamara Kotevska y Ljubomir Stefanov. La última mujer recolectora de abejas de Europa, en Macedonia, enfrentada a la modernidad que puede destruir su existencia y… la humanidad. De lo local a lo universal. Sublime.
5.- M, de la francesa Yolande Zauberman. Potentísimo retrato sobre las secuelas que dejan los abusos sobre los menores. El regreso de Menahem a su barrio natal, Bnei Brak, capital mundial de los judíos ultra-ortodoxos, es un viaje hacia la verdad sin retorno que deja una profunda y sensible huella.
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Indianara
4.- Indianara, de los brasileños Aude Chevalier-Beaumel y Marcelo Barbosa. Posiblemente la Pasionaria actual más arrebatadora del año. Indianara, la más revolucionaria de todas las mujeres en Brasil, lucha por la defensa de la minoría y en pleno rodaje las circunstancias superan la realidad, llega al poder un tal… Bolsonaro. Imprescindible.
3.- La cordillera de los sueños, del maestro chileno Patricio Guzmán. El documental del poeta chileno de las imágenes comienza sólo con el sonido de una tormenta que va a estallar. Premonitorio. El tercer círculo de una dantesca espiral llamada dictadura política, hace 40 años, y económica, actual.
2.- Amazing Grace, de los americanos Alan Elliott, Sydney Pollack. Una perla de casi 50 años que llevó al cine la mítica y mágica grabación de Aretha Franklin.
1.- Para Sama (For Sama), de la siria Waad al-Kateab y Edward Watts. El Documental del Año (con muchas mayúsculas). Una joven de Alep decide continuar su vida, pese a la guerra que explota en su país, en su casa, hasta en su propio patio. Sama es su hija. Y este documental es el testimonio del horror de la guerra y de la ilimitada esperanza del ser humano. De imprescindible visión. El documental que se llevará todos los premios del año.

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