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La ingeniosa manera en la que lograban contar hasta 9.999 con los dedos en la Edad Media

La ingeniosa manera en la que lograban contar hasta 9.999 con los dedos en la Edad Media
La dama de la Aritm茅tica en una xilograf铆a coloreada a mano de 'Margarita Philosophica' ('La perla filos贸fica'), de Gregor Reisch (1467? -1525)

“Los dedos de la doncella iban y ven铆an en una nebulosa de movimiento incomprensible, como peque帽os gusanos en un manantial de agua burbujeante”.
As铆 imagin贸 el escritor romano del siglo V Marciano Capela a la dama de la Aritm茅tica, una “mujer de extraordinaria belleza, que ten铆a la majestad de una antig眉edad nobil铆sima“, en “De Nuptiis“, la obra en la que personific贸 a las siete artes liberales.
Esa danza que Aritm茅tica estaba interpretando con sus manos era el complejo y muy preciado arte de contar con los dedos.
Efectivamente: esa misma habilidad que aprendiste cuando eras peque帽o y de la que probablemente te sigues valiendo de tanto en tanto, aunque quiz谩s m谩s discretamente.
La gran diferencia es que mientras que hoy en d铆a muchos no pasamos de contar m谩s all谩 de 10, antiguamente s贸lo con los dedos de las manos llegaban hasta 9.999 (y pod铆an seguir hasta un mill贸n, poniendo las manos en ciertas formas en distintas partes del cuerpo).
Se帽ales con las manos sobre partes del cuerpo para comunicar n煤meros.
Getty Images
Se帽ales con las manos sobre partes del cuerpo para comunicar n煤meros.
“Ese sistema fue usado desde la 茅poca de los romanos hasta la Plena Edad Media (siglos XI al XIII) en toda Europa”, le cont贸 a BBC Mundo el historiador de ciencia y Medioevo Seb Falk, autor del libro “The Light Ages” (o “La Edad Luminosa”).

El Venerable

La mejor descripci贸n que tenemos de esa m谩gica destreza aparece en un libro titulado De temporum ratione o “Sobre el recuento del tiempo”, escrito a principios del siglo VIII por un monje que viv铆a en uno de los rincones m谩s alejados del mundo conocido en ese entonces.
Desde un monasterio en Jarrow, en el noreste de Inglaterra, cre贸 obras que arrojaron luz sobre la civilizaci贸n occidental, se convirti贸 en un erudito de renombre internacional y, finalmente, en un santo: san Beda el Venerable.
San Beda el Venerable (673-735), en una imagen hecha en el siglo XIII.
Getty Images
San Beda el Venerable (673-735), en una imagen hecha en el siglo XIII.
De temporum rationefue el primer tratado cabal sobre un de asunto que fue motivo de gran preocupaci贸n hasta la reforma gregoriana en 1582: la ciencia del c谩lculo del tiempo y el arte de la construcci贸n del calendario.
“La base del calendario cristiano era la Pascua. Esa fecha ten铆a que ser identificada meses, o a帽os, antes, y desencadenaba grandes debates desde el Atl谩ntico hasta Alejandr铆a”.
Si esa importante fecha era el domingo despu茅s de la primera luna llena o el equinoccio, hab铆a que fijarla de antemano -pues muchos otros festivales cristianos dependen de ella-, para poder hacerlo deb铆an combinar el ciclo solar -la Tierra girando alrededor del Sol, aunque para ellos era el Sol el que giraba alrededor de la Tierra-, el ciclo lunar y los d铆as de la semana.
“Es un sistema complicado pero, a grandes rasgos, los astr贸nomos hab铆an descubierto que en 19 a帽os el ciclo recurr铆a y la luna nueva ocurr铆a el mismo d铆a, as铆 que ten铆an que calcular en qu茅 momento estaban de ese ciclo de 19 a帽os.
“Beda escribi贸 De temporum ratione para explicar c贸mo hacerlo. Representando el sistema solar en dos manos, y el lunar en s贸lo una, el m茅todo permit铆a llegar a la fecha correcta de la Pascua en cuesti贸n de segundos. No por nada su manual enciclop茅dico fue impreso y copiado durante cientos de a帽os”.
Y en ese libro que muestra c贸mo las manos, esos artilugios port谩tiles por excelencia, sirven como computadoras, Beda describi贸 tambi茅n c贸mo contar hasta 9.999.

Con s贸lo dos manos

“As铆 como, cuando escribimos, tenemos una columna para las unidades, otra para las decenas, los cientos y los miles, ellos dedicaban los dedos me帽ique, anular y coraz贸n de la mano izquierda a las unidades y el 铆ndice y pulgar a las decenas; en la mano derecha, el pulgar e 铆ndice indicaban los cientos y los otros tres dedos, los miles.
“Distintas combinaciones de esos dedos en posiciones diferentes permit铆an representar todos esos n煤meros”.
¿Imposiblemente complicado?
Seb Falk asegura que s贸lo es cuesti贸n de pr谩ctica y grab贸 este video para BBC Mundo en el que te muestra c贸mo hacerlo.
Beda incluso da consejos para aprender a contar: diciendo los n煤meros en voz alta, mientras le ense帽as a tus manos a acostumbrarse a gestos que a veces son dif铆ciles de replicar, hasta que los memorizas.
Una vez diestro, pod铆as usar tus manos adem谩s para sumar, restar, multiplicar… b谩sicamente, como un 谩baco.
Y el Venerable tambi茅n sugiere usarlo para jugar y divertirse.
“Era un c贸digo, un lenguaje de signos, que se usaba en los mercados -como aquel del que se valen los corredores de bolsa- pues era una manera eficaz de comunicarse en medio del ruido y a distancia”, explica Falk.
Pero los que m谩s lo utilizaban eran los monjes, no solo para comunicarse en los monasterios, donde el silencio es preciado, sino que usaban sus manos para memorizar textos filos贸ficos y f贸rmulas matem谩ticas”.

En caso de emergencia

Contar con los dedos serv铆a adem谩s como un c贸digo, en el que substitu铆an los n煤meros por letras -a=1; b=2…-, algo 煤til hasta en situaciones peligrosas.
“Por ejemplo, si quieres advertirle a un amigo que est谩 entre traidores que act煤e con cautela, mu茅strale con tus dedos 3, 1, 20, 19, 5 y 1, 7, 5; en ese orden, las letras significan caute age (act煤a cautelosamente). Se puede escribir, de ser necesario un grado m谩s alto de secreto”, explica Beda en De temporum ratione.
Dibujos de manos mostrando c贸mo representar los n煤meros con los dedos de la mano
BBC
Ilustraci贸n de las posiciones de los dedos para los n煤meros 1-9.000, desde la perspectiva de quien calcula mirando sus propias manos. Basada en MS Vatican City, Biblioteca Apost贸lica Vaticana, Urb.lat.290, fol. 31r.
Pero ese c贸digo manual era tambi茅n valiosa para el estudio de algo muy preciado en la vida de mon谩stica: la m煤sica.
“La m煤sica era estudiada de una manera muy cient铆fica; para los monjes era una ciencia matem谩tica. Constantemente pensaban en la relaci贸n entre las distintas armon铆as, en los ratios aritm茅ticos entre las diferentes notas en la escala musical.
“Para este tipo de fil贸sofos, todo estaba relacionado, todo hab铆a sido creado por Dios por alguna raz贸n, y aquello de ‘la armon铆a de las esferas’ y ‘la m煤sica universal’ no era una met谩fora“.
Esa antigua teor铆a de origen pitag贸rico postulaba que el Universo estaba regido de acuerdo a proporciones num茅ricas armoniosas y que el movimiento de los cuerpos celestes segu铆a proporciones musicales.
“Los planetas tocaban una especie de m煤sica creada por la velocidad en la que rotaban, que era como una frecuencia: entre m谩s alta la frecuencia, m谩s alta la nota.
Contar con los dedos del 1 al 20.000, de "De numeris". Codex alcobacense, por Rabanus Maurus (780-856).
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Contar con los dedos del 1 al 20.000, de “De numeris”. Codex alcobacense, por Rabanus Maurus (780-856).
“Para recordar las distintas notas musicales y configuraciones de armon铆as, usaban las manos”.
Recuerda que, en esa 茅poca, la memoria era una herramienta indispensable.
“Los materiales para escribir eran muy costosos, los libros, escasos y muy preciados”.
Y estos 煤ltimos siguen siendo preciados, particularmente aquellos como el del venerable Beda que nos permite imaginar esa danza manual cient铆fica y a veces l煤dica que durante siglos sirvi贸 desde para contar hasta para conjurar la melod铆a c贸smica.

Aqu铆

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