Activistas de derechos de las mujeres de El Salvador y de varios países de América Latina han pedido la liberación de 18 mujeres que están encarceladas por abortar en ese país. Una exigencia que se ha intensificado tras la excarcelación de Cindy Erazo, una joven de 29 años que pasó los últimos seis años en prisión tras sufrir una emergencia obstétrica en un centro comercial.
La Justicia salvadoreña decidió dejar en libertad condicional a Erazo tras haber cumplido más de la mitad de la condena de 10 años, impuesta por el delito de homicidio agravado.
“Celebramos la libertad de Cindy que fue condenada a 30 años de prisión por cargos falsos, por lo que su libertad confirma que la justicia es posible si unimos fuerzas. Nos da esperanza para la libertad de otras mujeres”, señala Morena Herrera, de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto.
El caso de Cindy Erazo
En 2011, Cindy Erazo Aguilar sufrió una emergencia obstétrica y dio a luz a un feto muerto. Estaba embarazada de ocho meses.
La urgencia ocurrió en el interior de un centro comercial de San Salvador, la capital del país. Cuatro años después, la joven fue condenada a 30 años de prisión por homicidio agravado, condena que fue reducida a 10 años por un tribunal de apelación.
La reducción de la pena se concedió tras los incansables esfuerzos de diversas organizaciones de Derechos Humanos que defienden la inocencia de las mujeres encarceladas en El Salvador.
“Las mujeres salvadoreñas son procesadas comúnmente por sufrir abortos espontáneos y otras emergencias obstétricas”, señalan las organizaciones a propósito de la liberación de Cindy.
“No hay evidencia que demuestre que Cindy haya intentado alguna vez terminar con el embarazo o dañar al feto”, aseveran.
Encarceladas por abortar en El Salvador
El Salvador es uno de los países de América Latina con una de las legislaciones más estrictas y restrictivas respecto al aborto. Este país centroamericano tiene prohibición el aborto desde 1998. Ni siquiera hay excepciones para los casos en los que la vida de la mujer está en riesgo o el embarazo sea resultado de una violación o un incesto.
Entre 1998 y 2020, alrededor de 50 mujeres han ingresado en la cárcel por abortar, incluidas las 18 que están actualmente en prisión.
“El Salvador ha recibido innumerables recomendaciones por parte de órganos internacionales de derechos humanos para garantizar a mujeres y niñas sus derechos sexuales y reproductivos sin discriminación ni persecución“, explica a Efeminista Carmen Martínez, gerente regional del Centro de Derechos reproductivos.
“Hoy El Salvador tiene un terrible círculo de vulneración, pues, por un lado prohíbe y niega servicios de salud reproductiva a mujeres que vienen de contextos rurales y de pobreza y, por otro, decide judicializarlas cuando sufren emergencias obstétricas por esa falta de acceso a servicios de salud”, critica Martínez.
El presidente Nayib Bukele ha declarado públicamente que ninguna mujer debería ser encarcelada por experimentar una emergencia obstétrica. Sin embargo, no ha sido posible reformar las leyes para eliminar la prohibición.
La violencia machista, otra pandemia
El Salvador registra un promedio de 53 embarazos diarios de niñas o adolescentes, según cifras del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA).
Las niñas y mujeres, que van entre los 10 y 28 años, suelen ser víctimas de violaciones por parte de hombres de su familia o de su entorno cercano, lo que dificulta aún más la denuncia.
Los feminicidios es otro alarmante problema que preocupa a las organizaciones feministas y de Derechos Humanos en el Salvador. De acuerdo con cifras de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), en el 2020 se han registrado al menos 71 feminicidios.
Durante el primer semestre del 2020, el Ministerio de Seguridad reportó 57 casos. Otros 14 fueron identificados por la organización por reportes de la prensa local entre julio y agosto.
El confinamiento también influyó en el aumento de la violencia dentro de los hogares. Más del 40 % de las mujeres en El Salvador sufrió algún tipo de violencia machista durante la cuarentena, de acuerdo con un estudio en proceso de una organización feminista. Estas agresiones se dieron principalmente por “algún familiar”.
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