La etapa final del Brexit parece estar fuera de control. Londres y la UE están más alejados que nunca, y mientras se acerca la fecha límite del primero de enero.
Londres estrecha el cerco. Días atrás, el primer ministro, Boris Johnson, vaticinó que se estaba preparando para el no acuerdo o un acuerdo comercial mínimo con la Unión Europea (UE). Ahora, el Gobierno británico acusa a Bruselas de falta de seriedad en las negociaciones.
Tanto, que el Ejecutivo británico afirma no encontrar ningún punto común sobre el que negociar, si Bruselas no cambia de posición. El Reino Unido ha pedido al negociador europeo, Michel Barnier, que no viaje a Londres esta semana. Aunque, dice, la puerta sigue entreabierta.
Por ahora, sólo habrá contacto telefónico, según el lado londinense.
La UE, por su parte, ha reiterado, esta semana, que continuará las negociaciones según lo planeado, pero no a cualquier precio.
Bruselas sostiene que fueron los británicos quienes decidieron abandonar el bloque y deben esforzarse para conseguir un pacto, subrayando que los europeos no tienen compromiso alguno para abandonar sus derechos y beneficios para satisfacer a Londres.
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