Por: Yeimis “El Comandante” Echeverry - @YeimisEcheverry
Con la llegada de la era digital, la crisis relacionada con la pandemia del Covid 19 y las nuevas tecnologías claramente el mundo ha cambiado, como también ha cambiado la forma como nos comunicamos, estudiamos y trabajamos. No somos ajenos a estos cambios, tampoco lo es el deporte, que podría decirse que es uno de los grandes beneficiados e igualmente afectados si lo ponemos en un contexto actual.
Ahora bien, si hablamos por ejemplo del deporte nacional, en este caso del fútbol profesional colombiano, podemos afirmar que también se ha visto afectado económicame y deportivamente por esta serie de cambios, con ellos, la televisión que es la encargada de llevarnos a los hogares la “fiesta del fútbol”, como la llaman los comentaristas deportivos. Para nadie es un secreto, que digitalización de los contenidos en línea o “streaming” son el futuro, estamos llenos de plataformas de películas y series, deportes y ahora el contenido musical también se ha hecho un espacio en esta nueva dinámica. Muchos de estos contenidos nos llaman o nos van llamando la atención puesto que logramos tener cierta afinidad con el contenido y a la larga las volvemos de culto ¿Pero qué pasaría si no estamos contentos del todo con él? ¿Qué pasa si consideramos que muchos de estos contenidos que nos ofrecen son deplorables? ¿Y si consideramos que estos son caros o simplemente no son de calidad? Estas dudas se despejan cuando afrontamos la realidad de lo que vamos a pagar por ver.
Simplemente es poner en la balanza y considerar si vale la pena pagar un valor agregado por “el equipo que verdaderamente amas”. Son muchos los factores que implicarían tomar la decisión de elegir pagar mensual un canal que nos ofrece poco en sus transmisiones o no, y eso, si consideramos que tenemos la solvencia económica para hacerlo, porque adicionalmente estos canales mantienen sus precios entre los $20.000 y los $30.000 mil pesos que se cargarían al cargo mensual que pagamos por ver, por ejemplo, ligas del exterior, que hasta el día de hoy no tienen un valor adicional (aunque como van las cosas esto tiende a cambiar). También podemos considerar la calidad del producto, de si sus comentaristas y relatores valen la pena y ofrecen ese profesionalismo que el hincha se merece por el valor que está pagando. Lamentablemente la realidad es otra, el cambio de un canal que anteriormente teníamos sin un costo adicional a un canal Premium es poco, lo digo con fe de causa porque he tenido la oportunidad de observar el nuevo canal que nos trae el fútbol colombiano, con un sin sabor que la verdad me deja descontento y además me pone a dudar de si vale la pena o no pagar por esto. Siendo sinceros, son muchas las personas que se han levantado en contra de este, por así decirlo, “secuestro” que le hicieron a nuestro fútbol; porque vamos a ser francos: por mucho que queramos a nuestro equipo y si se quisiera ver fútbol local, este no es atractivo para el espectador que disfruta de un buen partido, así no sea del equipo que es hincha y para venderlo hacía el exterior también quedamos en deuda. Estamos ante una dura realidad que se refleja día a día.
Podemos nombrar algunas de las cosas que no lo hacen un fútbol “premium” así los narradores obviamente pagados por el canal nos quieran vender esa idea. Entre las situaciones que nos decepcionan está por ejemplo el estado de los canchas del país, las bajas asistencias a los partidos (cuando podíamos ir al estadio), partidos sosos y aburridos, mal arbitraje, participaciones internacionales llenas de fracasos, por ejemplo, la participación reciente de los equipos colombianos en la libertadores donde quedaron todos eliminados en fase de grupos, directivos que desangran los clubes hasta llevarlos a su desaparición, incumplimientos de los pagos, poco trabajo a canteras y divisiones menores, y la lista puede continuar. Son problemas que con pagar una mensualidad de un canal no se van a solucionar porque son problemas de casi toda la vida en el FPC y difícilmente cambiarían si todos decidimos suscribirnos a un canal.
Finalmente, el canal tampoco es que se dé mucho la mano, encontramos comentaristas y relatores totalmente parcializados, narradores que no estudian los equipos y sus jugadores, comentaristas que creen tener la razón en cada uno de sus apuntes, además del ego de estos que tampoco ayuda mucho a mejorar la imagen del canal y de sus trabajadores, ego que desaparece misteriosamente cuando es hora de invitar al usuario a que se suscriba al canal. Entonces bien, la dinámica de ver tv ha cambiado y la forma de elegir qué ver y pagar también, y es una realidad también que cada uno puede hacer con su dinero lo que le plazca, pero en lo que me concierne, iré a ver “al equipo que verdaderamente amo” en la panadería de la esquina donde sé que si pago por una gaseosa y un pan delicioso, este no me va a costar un ojo de la cara y saldré lleno, feliz y con una deuda menos para mi casa.
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