Por: Alex Olano
Tras un llamativo show mediático se dio a conocer un informe de Revista Semana según el cual alias “Uriel” tendría en un computador informes sobre sus aportes a la campaña a la presidencia de un candidato en Ecuador.
El Mismo “Uriel” que hubiese sido
utilizado como chivo expiatorio en las protestas de Colombia en al menos dos
oportunidades.
Lo curioso es que la existencia de
“Uriel” ya ha sido cuestionada por organismos de investigación periodística en
lo que sería un nuevo montaje de los servicios de inteligencia colombianos al
servicio de Álvaro Uribe Vélez.
Una práctica reiterativa
Este tipo de montajes ya son una
tendencia por parte de Uribe desde hace muchos años, algunos de los más
recordados fueron los organizados por el servicio de inteligencia colombiana
DAS adscrito a la Presidencia de la República durante su primer periodo
presidencial.
En aquella oportunidad, como
parte de una campaña de desprestigio contra la Corte Suprema de Justicia y para
evitar que su primo fuera juzgado por múltiples delitos, el círculo más cercano
a Uribe articuló un “informe de inteligencia” según el cual un magistrado había
recibido dinero para “perseguirlo”.
Con dicho informe, la en ese
momento periodista de Semana, Gloria Congote, generó una portada donde
anunciaba la corrupción en el organismo judicial.
Tiempo después se descubriría el
montaje y quedarían al descubierto no solo el secretario de despacho de Uribe y
su jefe de prensa, sino las estructura del servicio de inteligencia que había
participado, quienes aceptaron cargos y en sus declaraciones hablaron además de
la articulación de la estrategia con la periodista Salud Hernández.
Si se desea revisar este tema en
profundidad, es clave darle una leída al libro “ChuzaDas” del periodista
colombiano Julián Martínez.
La masacre de Bogotá
El caso de “Uriel”, como “organizador”
de la insatisfacción ciudadana comenzó con las marchas de la minga indígena en
2020.
Lo curioso es que la marcha
indígena se realizaba para denunciar la campaña de exterminio que están
llevando organizaciones armadas del narcotráfico en Colombia, dentro de las
cuales el gobierno señalaba al ELN.
Las preguntas cuestionando el argumento
no se hicieron esperar; Si el ELN es
quien está asesinando a los indígenas, como es que “Uriel” es quien está detrás
de la organización de la marcha? Al fin qué, los está matando o es su organizador?
Con la misma metodología del
“Informe de inteligencia” Revista Semana ubicó portadas y procedió a señalar de
terroristas a los indígenas.
A los pocos días que la marcha
indígena recorriera el país fue más que evidente que el “informe de inteligencia”
no era otra cosa que una acción psicológica con información falsa de las que
tanto le gustan al uribismo, donde hay que tener presente que construyen información
irreal básicamente por dos razones, desprestigiar y causar miedo.
No acababa de hacerse evidente el
caso de los indígenas cuando por el asesinato en video de una persona en manos
de dos policías se generaron fuertes marchas en Bogotá a lo que la fuerza pública
respondió abriendo fuego a discreción contra los manifestantes.
El resultado obvio, 13 civiles
muertos y un sin número de heridos. Las imágenes de la policía abriendo fuego
contra la población inundaron rápidamente las redes sociales.
Al día siguiente de lo sucedido,
Iván Duque, presidente del país, se puso una chaqueta de la policía y salió a
respaldar las acciones de los uniformados, tras lo cual, las instancias
judiciales procedieron a llamar al orden y a iniciar las respectivas
investigaciones por homicidio.
La arremetida judicial fue
respondida por una nueva aparición de “Uriel” responsabilizándose de los hechos
vandálicos contra las estaciones de policía, hecho tan inverosímil y burlesco
que generó en algunos escenarios sorpresa y en otros, franca indignación.
Y lo mejor sucedió cuando
apareció el verdadero “Uriel” del ELN quien por fin salió en medios y no tenía
el menor parecido con el modelo de las fotos posadas de los medios, pero además
desmentía todo a lo que se le vinculaba.
De hecho y por decir lo menos, ya
era muy sospechoso que un guerrillero que aparentemente vive en la selva,
luciera prendas de vestir en perfecto estado, impecables de cualquier rayón o
mugre.
Basados en las evidentes
suspicacias algunos grupos de investigación periodística se dedicaron a
estudiar el caso y concluyeron que definitivamente esta trama era muy difícil
de creer.
Pero ahí no paró la cosa, además
de inculpar a “Uriel” por la insatisfacción ciudadana, pretendieron ligarlo a
uno de los más fuertes opositores al gobierno, hecho que tampoco funcionó, de
allí que no fue de extrañar que al final se anunciara en una rueda de prensa
que había sido “dado de baja”.
Narcofascismo
producto colombiano
El uso político de los servicios
de inteligencia rememora los orígenes del fascismo con Hitler y Mussolini. Este
tipo de práctica está asociada a la propaganda que manejan movimientos de ese
talante y que se nutre en gran medida con información falsa.
El problema aquí no involucra la
evidente penetración del narcotráfico en los servicios de inteligencia, sino en
que sea una ideología que el uribismo quiere irradiar a todo el continente.
Muestra de ello es la injerencia
que pusieron en práctica al desarrollar las estrategias de propaganda negra
contra la campaña de Joe Biden, candidato a la presidencia de los Estados
Unidos.
Parte de esta intensión expansionista
también se hace evidente con la información que se está dando a conocer sobre
el fallido golpe de Estado que se presentó en Venezuela, y cuyos implicados han
mencionado a integrantes de la fuerza pública colombiana así como de la
participación directa en las reuniones de planeación del mismo por parte de
Iván Duque y Álvaro Uribe.
Nada de raro tiene entonces que
haya aparecido nuevamente “Uriel”, como táctica psicológica y de opinión
pública para atacar el proceso electoral en Ecuador bajo el mismo objetivo de
irradiar el sistema que les ha permitido crecer en la política colombiana, el
narco-fascismo.
Tampoco sería extraño encontrar
que el “Uriel” de las prendas de vestir intactas y poses perfectas e ideales
para la cámara, esté siendo interpretado por un soldado colombiano haciendo
videos para una estrategia de inteligencia con fines políticos, que es a lo que
los pone el uribismo
Buenos novelistas a la larga y
como buenos fascistas, unos magos a la hora de crear información falsa.
Fuentes y sitios
clave:
https://www.dejusticia.org/corte-suprema-protege-el-derecho-a-la-protesta/
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