Por: Radio Chécheres – Cali, Valle del Cauca
“Debemos impulsar un modelo donde los productores se vuelvan dueños de los procesos de transformación y de la comercialización”, dijo Mauricio Rodríguez Amaya, director de la Unidad Solidaria, en una entrevista reciente.
Sus palabras no son solo una idea bonita, son el resumen de una propuesta que en Colombia ya se está poniendo en práctica: los Circuitos Asociativos Solidarios, más conocidos como CAS.
Pero… ¿Qué son exactamente los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS?
Imaginemos un tejido. Un tejido hecho por muchas manos distintas, que se entrelazan para formar una red. Cada hilo representa una persona, una comunidad, una organización que decide unirse con otros para producir, transformar, vender y distribuir cosas necesarias para la vida, como alimentos, ropa, saberes, cultura o servicios. Eso es un CAS: una red de colaboración real, práctica, humana y económica, donde nadie se queda atrás.
En palabras más sencillas: un CAS es un grupo de organizaciones y comunidades que trabajan juntas, no para enriquecerse individualmente, sino para construir bienestar colectivo. Esto significa que las ganancias, los saberes y las decisiones se comparten, que la solidaridad vale más que la competencia, y que el objetivo es vivir mejor todos, no que unos pocos vivan bien a costa de los demás.
¿Por qué importan los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS en Colombia?
Porque por décadas, quienes producen los alimentos, las artesanías, los servicios o los productos en nuestro país —campesinos, mujeres, jóvenes, comunidades afro, indígenas, trabajadores populares— han sido dejados a un lado. La cadena económica ha estado dominada por intermediarios, grandes empresas o multinacionales que se llevan la mayor parte del dinero, mientras que en el territorio queda poco o nada.
Una de las experiencias que sustenta esta transformación fue relatada a Radio Chécheres en el trabajo de campo realizado recientemente con líderes y lideresas de estas redes organizativas. Desde Cartago, Norte del Valle, Héctor Durán López, representante legal de la Fundación PROCAMSOL, relató que:
“La Universidad del Tolima en este momento nos ha dado la mano para emprender este proyecto, que es bastante ambicioso y de impacto territorial (…) El acompañamiento de la Unidad Solidaria ha sido muy valioso, sobre todo para que la comunidad tome conciencia de la necesidad de la asociación. (…) Debemos asociarnos para sacar adelante proyectos que beneficien a la comunidad (…) La Universidad del Tolima y la Unidad Solidaria ha sido un gran valor en el sentido de la formación y la asociatividad”.
Este testimonio confirma que cuando el acompañamiento se basa en el respeto y la construcción conjunta, el resultado no solo es organizativo, sino también emocional y cultural. La asociatividad deja de ser una palabra técnica para convertirse en una herramienta de vida cotidiana con los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS.
"La experiencia ha sido muy bonita porque hemos aprendido a convivir, a obtener y estar unidos con los compañeros, no solo porque sabe que la unión hace la fuerza y con todo eso aquí estamos con nuestros compañeros y la unidad solidaria y queremos que mucha gente nos conozca y que lleguen a nuestras plazas de mercado y nos visiten. Ha sido un éxito y un acompañamiento muy bonito. Le damos muchas gracias a Dios y a la Universidad del Tolima y al proceso de unidad solidaria que ha sido un éxito el acompañamiento porque no habíamos tenido un acompañamiento tan generoso y grato como es la unidad solidaria.Con la Universidad del Tolima muchas gracias y queremos que no se pierda, que sigan adelante, que nos estén acompañando." - Gladys Mina Mondragón, Asohierbas.
Con los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS, esa historia empieza a cambiar. En lugar de vender la caña, el plátano o el pescado al primer comprador que venga de afuera, las comunidades se organizan para transformar lo que producen, ponerle valor, y venderlo directamente. Así el dinero no se va del territorio, sino que se reinvierte en educación, salud, cultura, empleo y calidad de vida.
¿Y quién ha acompañado este proceso?
En el suroccidente colombiano, la creación de estos circuitos ha sido acompañada por la Unidad Solidaria y Universidad del Tolima, quienes han trabajado hombro a hombro con las comunidades para formar, sistematizar y fortalecer estas redes. No como interventores externos, sino como aliados metodológicos y técnicos que aportan al camino ya trazado por las organizaciones de base.
Como lo expresó a Radio Chécheres, Nirlelly Ramírez Chamorro, representante legal de la Asociación de Mujeres Víctimas Desplazadas de Zarzal - ASMUVIDEZAR:
“Nos fortaleció mucho lo que aprendimos con la Universidad del Tolima. Nos abrieron nuevas puertas y nuevas visiones hacia el futuro para nuestras comunidades. (…) Las enseñanzas nos hacían asentarnos, preguntarnos cuál es la misión y la visión que debemos tener. Nos ayudaron a crecer no solo como asociación, sino como mujeres con propósito”.
Estas voces de base le dan cuerpo y corazón a los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS, y evidencian que la pedagogía solidaria no es un lujo, sino una necesidad urgente.
Ejemplos reales que ya están sucediendo
En el Centro y Norte del Valle del Cauca, hay un Circuito Asociativo Solidario - CAS que agrupa a más de 30 organizaciones de 12 municipios. Allí se producen frutas, se elabora café molido, se fabrican dulces artesanales, se promueve el turismo responsable y se impulsa el comercio justo. Estas redes están demostrando que sí se puede construir una economía más humana, desde lo local.
En Buenaventura y el Bajo Calima, otro Circuitos Asociativos Solidarios - CAS reúne a más de 40 organizaciones que se dedican a la pesca artesanal, la agricultura, la confección textil y el turismo comunitario. Imaginen una familia que cría peces en el río, una abuela que cocina sancocho de mar y una joven que diseña ropa con identidad local… ahora imaginen que esas personas no trabajan aisladas, sino que se organizan, se apoyan entre sí, y deciden juntas cómo distribuir lo que generan. Eso es lo que ya está ocurriendo en esta región.
En Guapi, Cauca, el Circuito Atarraya Guaipireña pone en el centro la pesca, la cocina tradicional, la siembra de plantas medicinales y el turismo rural. Allí, el saber de los mayores se cruza con la energía de las juventudes para construir un modelo que no olvida la cultura ni la historia, pero que también piensa en el futuro.
¿Qué hace especiales a los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS?
Los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS no son proyectos de gobierno, ni empresas privadas. Son procesos colectivos que nacen desde el territorio, con el liderazgo de las propias comunidades. Se organizan en redes productivas y sociales, con el apoyo técnico de entidades como de entidades como la Unidad Solidaria y la Universidad del Tolima, pero el alma del proceso está en la gente.
Además, no solo se trata de producir y vender. Los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS también fortalecen la educación popular, la cultura, el medio ambiente y el tejido social. Por eso se dice que son herramientas para la paz, porque unen a las personas, sanan heridas, y crean condiciones para vivir mejor sin depender de actores externos o modelos extractivistas.
¿Quiénes participan en un Circuito Asociativo Solidario - CAS?
Personas de todas las edades, comunidades rurales y urbanas, jóvenes emprendedores, firmantes de paz, mujeres lideresas, organizaciones sociales, cooperativas, asociaciones campesinas, entre otros. Es decir, la Colombia que ha sido históricamente excluida, pero que hoy se levanta para decir: “sí podemos hacerlo diferente”.
¿Y cómo puedo entenderlo si no sé de economía?
No hace falta saber de economía formal para entender lo que un Circuito Asociativo Solidario - CAS significa. Si alguna vez hiciste una olla comunitaria, compartiste una cosecha, trabajaste con vecinos para organizar un evento, o armaste algo entre varias personas donde todos ganaron, ya viviste algo muy parecido a un CAS. Lo que hacen estas redes es organizar esas prácticas cotidianas de apoyo mutuo y volverlas sostenibles en el tiempo.
¿Qué aporta esto a la construcción de país?
Los Circuitos Asociativos Solidarios - CAS nos enseñan que otra economía es posible, una que cuida en lugar de explotar, que incluye en lugar de excluir, y que pone en el centro la vida, no solo el dinero. Por eso, desde Radio Chécheres, creemos que vale la pena visibilizar estas experiencias y contarlas con orgullo. Porque no son promesas, son realidades que ya están transformando a Colombia desde abajo.
🎥 El material audiovisual acá publicado y que además puedes profundizar sobre este proceso han sido incrustados desde Unidad Solidaria en X y por el Centro de Estudios Regionales – Universidad del Tolima en Instagram. Respetando toda Propiedad Intelectual y por este motivo han sido incrustados en este portal desde las redes sociales y permisos de las mismas plataformas de sus titulares bajo código HTML/JavaScript. Si no puede observar algún material audiovisual - es producto de permisos configurados en estas plataformas por sus administradores, ajenas a nuestro ejercicio.
Informe: Ari/Luna - Sala de Redacción | Radio Chécheres
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