El líder de Podemos mantuvo un encuentro el martes con los secretarios generales de UGT y CCOO, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente, a fin de evaluar las coincidencias en materia laboral.
El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, se reunió con los líderes de los sindicatos mayoritarios de España —la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) y la Unión General de Trabajadores (UGT)— con miras a buscar las coincidencias en cuanto a las necesidades en materia laboral, económica y de derechos civiles.
Este encuentro servía a Iglesias para anticiparse una vez más al líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, a quien el máximo representante de Podemos ofreció recientemente una oferta para formar Gobierno.
Esto se sucede ya que la formación política más votada en los últimos comicios, es decir el Partido Popular (PP) no es capaz de convencer a otros partidos para que den su apoyo en la investidura de su candidato, el presidente de Gobierno en funciones, Mariano Rajoy.
Tanto la política laboral como la económica son pilares clave para sustentar cualquier programa de gobierno que se pacte, aunque en este ocasión ni Toxo ni Méndez quisieron opinar sobre las estrategias de los partidos para negociar acuerdos.
En este sentido, el secretario general de CCOO dio a entender que espera que haya un acuerdo para formar "un gobierno estable y de cambio" que revierta la política económica y laboral implementada por el PP en la pasada legislatura.
Por su parte, Méndez también muy prudente lanzó un mensaje claro a Iglesias: "Hay que responder a las expectativas de la mayoría que ha votado cambio", una mayoría que ha cifrado en 15 millones de votos si se incluye a Ciudadanos, y recomendó de que "no se pongan obstáculos al cambio".
Ambos sindicatos mostraron "simpatías" por las posturas de Podemos en varios aspectos, como la oposición al Tratado de Libre Comercio (TTIP por sus siglas en inglés), la necesidad de aplicar un plan de choque contra el paro y un plan de emergencia social ante la elevada desigualdad cosechada por el Gobierno de Rajoy, en la urgencia de renegociar con Bruselas los objetivos de déficit público que sufre España, en alejar la idea del contrato laboral único propuesto por Ciudadanos y, sobre todo, en la posibilidad de derogar leyes "que merman la calidad democrática" como la conocida como ley mordaza o la reforma del Código Penal del PP.
